martes, 29 de enero de 2008

Hombrecitos . . .


Hombrecitos de almíbar
de nuez y de cal
con barbas llenas de miel
goteando sobre el mantel

Hombres rudos que aplastan
pájaros con sus botas

Hombres desnudos
marchando al son de plegarias
cantando las borracheras

Hombres bonitos de ojos de perro
con aguas en sus sonrisas

Hombres con caracoles tatuados
y gigantes pelados
también muy hombres
Y aquél que parece petiso
pero que está enterrado

Hombres que te hierven en sus
deseos como cacerolas
que te mastican con los dientes
de sus falos
que te cuecen sobre el fuego
de sus pelotas
que te descubren tras de los
muros

Hombres que siembran
hombres que soplan
que se desangran gota por gota

Hombres babosos, tuertos,
muertos, petardos,
bastardos y rengos
llenos de miedo

Hombres de trizas, de trazos,
de brisas
de lunas
palacios
condones
y risas

Hombres que lloran

Hombres dormidos

Hombres que miran crecer
el árbol
desde las rejas

Que se desnudan a mordiscones

Que se suicidan

Que tienen hijos

Hombres que van al frente
con ojos de fusiles punzantes
a luchar contra la noche
de los temblores

Hombres de fuego
de sal
de baquelita

y azafrán

Niquelados, marmóreos,
laqueados, bordados,
con flecos
y solos

hombres muertos
todos dormidos
todos muertos y dormidos

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