sábado, 31 de mayo de 2008

"Los padres son inentendibles"


La actriz, que se destaca en el filme "La Ronda", habla de su carrera, su embarazo y la exposición mediática.

EL FIN Y LOS MEDIOS "NO ME IMPORTA SI SOY PARA ELLOS REVELACION, HIJA DE MORIA O PELOTUDA", DICE.

La sobreexposición, que tuve a partir de mi mamá y luego por errores míos, me llevó a un lugar que hoy no me gusta: la vida tan pública. Pero todo el mundo tiene derecho a equivocarse, ¿no?". Serena y diplomática mientras se acaricia con fuerza la panza, la ex niña revoltosa que creció apuntada por el ojo de la cámara "al estilo Truman show", (según define), hoy manifiesta una calma notable. Con El resultado del amor, de Eliseo Subiela, había debutado en un protagónico con el que obtuvo el premio a mejor actriz en el Festival de Huelva. A los 21 años vuelve a plantarse firme, esta vez en La Ronda (de Inés Braun). Mientras filma con Francis Ford Coppola ("Interpreto a la sobrina de Leticia Bredice, que forma parte de un grupo under de San Telmo", adelanta), disfruta de un embarazo de cuatro meses por el que volvió "involuntariamente" al centro de la escena.

Personaje "lleno de luz", en una rueda de desencuentros amorosos, a Sofía le toca teñir de optimismo esa comedia romántica de Braun donde como en efecto dominó cada una de las criaturas pone el ojo en la persona equivocada. Un juego de relaciones no correspondidas en el que Lucía -la alegre mesera que compone- abre y cierra la partida. "Me recuerda a las comedias francesas. Una de las mejores historias es la de Mercedes Morán, que se cruza con un hombre que le muestra un poco de belleza pintándole la casa. Me interesa ese tipo de cambios. Cómo una persona puede llenar de luz a otra", analiza la muchachita que no estudia teatro y dice haberse criado viendo cine italiano "mucho Fellini y el esplendor de los 60".

A esta altura, evidentemente, dejó de ser promesa. Pero poco le interesa "el lugar en donde te po nen los demás". "No me interesa si soy para ellos revelación, hija de Moria o pelotuda. No tengo ganas de complacer a todos. Y no se puede", suelta. "Sólo sé que no puedo hacer otra cosa. Tuve una etapa de preadolescente y adolescente con muchos conflictos, con mi mamá y conmigo misma. Odiaba lo que tenía que ver con los medios. Cuando dije, Voy a dedicarme a algo, la vida me llevó a actuar. Me di cuenta de que no puedo vivir de otra manera. Que tu alma sólo puede hacer lo que realmente querés. El mundo ya es una mierda, imaginate si sos infeliz", se despacha.

¿Te quitó un peso que saliera tu madre (Moria Casán) a hablar primero en los medios?

La verdad que sí. A ella le encanta hablar. Insoportable. Y yo sabía que lo iba a decir (Se ríe). Le dije: Decilo vos, total te gusta. Y le hicieron un par de tapas... Para los demás es noticia, yo entiendo, pero para mí es tan íntimo que no se qué responder. Y como mi mamá sabe qué responder a todo, le dije, Respondé a eso a lo que yo no sé qué decir. No puedo impedir que hable de algo que le pasa a ella: va a ser abuela.

¿Cómo te vas a manejar con tu hijo? ¿Como madre vas a ser muy distinta a Moria?

Creo que en gran parte sí, en cuanto a lo mediático. Pero ella me dio una libertad que yo aprecio mucho y me ayudó a ser lo que soy. Me dio libertad mental y nunca me puso miedos sobre mi sexualidad y millones de cosas que quiero transmitir a mi hijo. Mi hijo o hija no van a salir nunca en la tele. Mientras no tenga la capacidad de decidir, no quiero exponerlo. Quiero darle la posibilidad de elegir que no me dieron.

Moria dijo que deseaba que sea nena para continuar la dinastía...

Lo que dijo me parece ridículo. ¡Ninguna dinastía! No me siento parte de ninguna dinastía.

También dijo que estabas muy cambiada. ¿Te ponés más en su lugar?...

No, nunca me pongo en su lugar, porque mi mamá no hizo las cosas bien del todo. Lo que sí, empezás a perdonar. Los padres son inentendibles. El que no los odia, está enfermo. Para mí, es así. Después, empezás a ver errores y virtudes para ver qué le vas a dar a tu hijo. Desde ese lugar me puedo sentir más cerca. Hay que aceptar que nadie va a ser padre perfecto y tratar de hacer lo posible para que sean felices. Uy, mirá, ya hablo como madre.

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